Caminando por las fascinantes ruinas de Pompeya

En mi primer recorrido por Italia, además de pasar por Roma, El Vaticano y Sicilia, tuve la oportunidad de visitar las fascinantes ruinas de Pompeya, una ciudad que quedó completamente sepultada gracias a una desastrosa erupción del colosal volcán Vesubio en el año 79 d.C.

Aunque es un lugar bastante turístico hoy en día, no suele llevarse tanto protagonismo como la capital italiana y otras ciudades con más renombre, cosa que me sorprende dada la interesante historia de este sitio que en la actualidad ha resurgido literalmente de las cenizas y permite hacer un viaje a través del tiempo hacia una civilización llena de cosas por contar.

A lo mejor tuviste la oportunidad de ver la película «Pompeya» en la que relatan un poco el desastre natural que acabó con la ciudad, obviamente incluyendo otras cosas que la hacen más hollywoodense.

 

Pompeya Película
Poster de la película Pompeya

(En caso de que te lo estés preguntando, sí, ese es Jon Snow posando sin temor a la lava ardiente que sale del Vesubio y que por poco le chamusca la melena… El Rey del Norte no le teme al calor…)

El recorrido por las ruinas es impactante y es difícil describir con palabras la sensación que se tiene al caminar por las desoladas calles empedradas que una vez acogieron a los verdaderos habitantes de esta ciudad romana. Es como si en este lugar aún siguieran vivos los sentimientos de las personas que trataron de salvarse del desastre natural.

Calles de Pompeya Italia
Las calles de las ruinas de Pompeya hechas de piedras burdas

Las vistas del volcán Vesubio desde las ruinas son imponentes, es como ver a un coloso durmiente que en algún momento se despertó de su sueño para escupir fuego sin piedad sobre todo lo que le rodeaba.

Una escena que es fácil de recrear una vez se está en medio de las ruinas con los ojos puestos en este gigante natural.

Vesubio en Pompeya
La vista del Monte Vesubio desde el corazón de Pompeya

Ahora bien, si hay algo que terminó de hacerme entrar en la escena del desastre fue encontrarme con los macabros restos de objetos, personas y animales que se conservaron casi que intactos gracias a la misma acción de la tierra y la lava que los sepultó y acabó con sus vidas en el pasado.

Las imágenes son fuertes y se puede ver en muchos de los casos incluso las emociones, el dolor y el miedo que sintieron estas personas antes de ser devoradas por el calor infernal.

Restos de Pompeya
Muchas cosas se conservaron gracias a la misma acción de la lava y la tierra

Saliendo un poco de esta zona de las ruinas, en busca un poco de descansar de tan pesada y terrible historia, encontré un camino lleno de altos arboles que me dirigió hacia el Anfiteatro de Pompeya, uno de los que más se conservan en su estado original en Italia.

Es interesante poder entrar y pararte en la mitad de la arena (cosa que no puedes hacer en el Coliseo Romano) e imaginar cómo en el pasado cantidades de personas llenaban las gradas para «disfrutar» de los juegos, que por lo general consistían en la lucha de gladiadores y de animales. Aunque es bastante cruel, si eres un amante de películas como Gladiador como yo, esta es toda una experiencia.

Anfiteatro de Pompeya
Anfiteatro de Pompeya

En conclusión, te recomiendo que si llegas a Italia no te saltes esta ciudad, además de lo que te mencioné las ruinas de Pompeya permiten ver cómo era la vida en esta civilización tan antigua gracias a las excelentes labores de restauración y recuperación que se han llevado a cabo.

Además podrás caminar y dar rienda suelta a tu imaginación para reconstruir por ti mismo los templos y casas que por mucho tiempo se mantuvieron a los pies del poderoso e implacable Monte Vesubio.

¿Te gustó este post? Compártelo e inspira a todos tus amigos viajeros.