El Osario de Sedlec, un tenebroso lugar de la República Checa

Además de la espectacular Praga, la República Checa tiene muchos destinos interesantes. La ciudad de Kutná Hora se encuentra muy cerca a la capital, aproximadamente a 1 hora de viaje en tren (cuyo precio es bastante económico) y cuenta con una magnífica catedral gótica, minas de plata que se pueden recorrer con guía y otros atractivos. Sin embargo esta vez nuestro objetivo principal era visitar el Osario de Sedlec.

La parte antigua de la ciudad, Sedlec, alberga dos edificios representativos, la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora y Juan el Bautista y la Iglesia de todos los santos. Ésta última, ubicada en el cementerio de Sedlec, cuenta una capilla subterránea capaz de ponerle los pelos de punta a sus visitantes.

Después de un corto viaje en tren desde Praga llegamos a la estación principal de Kutná Hora. Desde ahí y con la ayuda de nuestro amigo de apellido Maps nos dirigimos caminando con calma hacia el osario. Entramos por la puerta del cementerio en el cual se encuentra la iglesia y dimos unos pasos más hasta llegar a la recepción de la capilla, en donde optamos por la entrada reducida (sin guía) por 60 CZK (poco menos de 2,5 EUR).

Nada más a la entrada la imagen es impactante. Huesos humanos por todas partes usados como decoración del lugar dándole la bienvenida a los visitantes. ¿Pero de dónde salió la idea de semejante diseño? Cuenta la historia que a comienzos del siglo XV, gracias a las guerras y a una terrible epidemia, se enterraron en este cementerio aproximadamente a 40.000 muertos.

Al bajar hacia la sala principal de la capilla la cantidad de figuras y formas se va multiplicando y a la vez el entorno se torna más sombrío gracias a su ubicación subterránea.

La cantidad de detalles es sobrecogedora y aunque tenebroso, se puede apreciar el meticuloso trabajo del creador de estas obras. Las dos figuras más impactantes en mi opinión son el escudo de los Schwarzenberg, una familia de nobles de gran importancia y poder en aquella época, y el candelabro de la sala central, del cual se dice que contiene todos los huesos del cuerpo humano.

Menos artísticos pero igual de sorprendentes, se ven en cada esquina de la sala pilas gigantescas de huesos cuidadosamente colocados, entre los cuales destacan numerosas calaveras que curiosamente siguen teniendo «entre ojos» unas cuantas monedas.

Luego de recorrer todo el lugar, tomar fotos y prestar atención a los infinitos detalles llegó la hora de salir y volver a la estación de trenes.

La visita al Osario de Sedlec es una alternativa interesante para salirse un poco de lo típico y conocer un lugar excéntrico y raro en la República Checa, que definitivamente es uno de mis destinos favoritos en Europa gracias al misticismo que acompaña a sus plazas, calles y monumentos.